Sobre metodologías de evaluación

Trabajar con base en las TIC implica, o debería implicar, un cambio en toda la metodología del proceso educativo. Las TIC pueden ser sólo una herramienta más a utilizar, pero si las usamos así no estamos cambiando nada, simplemente utilizamos una nueva vía de indagación y comunicación, lo cual tampoco es desdeñable. Pero si tenemos en cuenta todo el potencial que las TIC nos brindan y que éstas son el modo de comunicación y casi de vida para mucha gente, desde luego para nuestros alumnos, debemos aprovecharlas en todo su potencial, o al menos intentarlo, y por lo tanto tendremos que cambiar el modo de trabajo. Para mí, el principal cambio es el papel protagonista que adquiere el alumno en su aprendizaje. Esto en el ámbito universitario debería ser lo normal, pero no siempre lo es. En una metodología basada en las TIC, el profesor pasa a ser más un orientador y tutor y el alumno el director de la construcción de su conocimiento. Las clases no consisten tanto en la transmisión de conocimiento como de discusión y valoración, de construir pautas entre todos. El papel del profesor cambia, se hace más interactivo y quizá difícil, pues ya no vale con contar toooooodo lo que sabe, sino en base a eso conseguir que el alumno vaya sabiendo cada vez más y además discutiendo y argumentando. Si cambia la metodología la evaluación ha de ser distinta, y se deben ensañar varias en función del tema tratado. Las rúbricas, marcadas con claridad en puntuación y porcentaje ayudan a que el alumno tenga claras las pautas para evaluar, y a él/ella le corresponde decidir si va al mínimo para cumplir la rúbrica o la utiliza sólo como dirección para entender qué le piden. De la calidad y profundidad de una rúbrica va a depender también la calidad y profundidad del trabajo del alumno. Es fácil hacer un mínimo y creer que esa adaptación vale, pero no deberíamos extrañarnos entonces de que nos devuelvan ese mínimo y que se pretenda mucho con poco esfuerzo. La evaluación es un paso clave en el proceso educativo, en cualquier nivel, y debe adaptarse al método de trabajo, a los alumnos, a los profesores y al momento en el que la estemos aplicando.